¿Sabías que las hormonas residuales del nacimiento afectan a los cambios fisiológicos tanto en el recién nacido como en la madre?
Un ejemplo: durante esos primeros momentos de la vida las pupilas del bebé se dilatan una vez que se ha adaptado a la luz. Este gesto lo realizan con los ojos abiertos de asombro. De este modo el bebé imita uno de los cambios fisiológicos que se producen durante la excitación sexual, el cual provoca que las parejas sean más atractivas entre sí.
Este mismo mecanismo anima a la madre y al bebé a mirarse, tocarse y acariciarse, lo cual afecta los niveles hormonales de ambos. Si no se molesta al bebé, éste no sólo encontrará el pecho, sino que finalmente comenzará a succionar y alimentarse. ¿Interesante verdad?
Un experimento que no te dejará indiferente
En 1990 Righard y Alade llevaron a cabo un estudio sobre el comportamiento de 72 bebés, que no habían presentado ningún problema durante las primeras 2 horas después del nacimiento.
Un primer grupo fue separado de las madres 20 minutos para vestirlos.
Un segundo grupo quedó en contacto directo con la madre durante una hora sin interrupción.
Tras los primeros 20 minutos, los bebés que no habían sido separados comenzaron a gatear hacia el pecho palpando con las manos, acariciando y explorando con la boca (hurgando) hasta encontrar el pecho.
Dentro de los 50 minutos posteriores al nacimiento, la mayoría de estos bebés succionaban espontáneamente del pecho. Eso sí, más bebés del segundo grupo – contacto directo con la madre – que del primer grupo – separado 20 minutos – mostraron una técnica de succión correcta.
Por otro lado, los bebés nacidos de madres que habían recibido anestesia durante el parto mostraron signos de sedación al nacer y no succionaban.
Los investigadores concluyeron lo siguiente:
"(...) el contacto entre la madre y el bebé debe ser ininterrumpido durante la primera hora después del nacimiento o hasta que se haya completado la primera lactancia, ya que en estos bebés que habían recibido sedación ese tiempo sensible se ampliaba y la primera lactancia se producía bastante tiempo después”
Conclusiones
- El contacto piel con piel ha demostrado ser esencial para el desarrollo afectivo del bebe-madre y para la lactancia.
- Hay estudios que hablan de los beneficios del contacto sobre la regulación de la temperatura, la mejor tolerancia a los cambios en el entorno del bebé, la regulación de la glucosa, etc.
- Es recomendado por la Organización Mundial para la Salud -OMS- debiendo ser siempre mayor a 50 minutos.
- El contacto de piel con piel debe ser directo, por lo que sería recomendable no usar ropa. En estaciones frías lo mejor es cubrirse con bata o manta, siempre con vigilancia y en una postura que no haya peligro de caída del bebé o aplastamiento, pudiéndose practicar también tras el parto.
¿Y tú? ¿Nos cuentas cómo fueron tus primeros minutos con tu bebé? ¡Estaremos encantados de leerte!
"El nacimiento no es un acto, es un proceso"