Mi hijo se cae mucho
Es común que los niños pequeños se caigan mientras están aprendiendo a caminar, correr o explorar el mundo que los rodea. El equilibrio y la coordinación motora son habilidades que se desarrollan de manera progresiva, y por ello los tropiezos forman parte del aprendizaje natural.
Sin embargo, cuando esas caídas son muy frecuentes, aparecen en situaciones cotidianas que no deberían representar un riesgo o se acompañan de torpeza generalizada, es importante prestar atención. En algunos casos, las caídas repetitivas pueden ser una señal de que el sistema vestibular del niño no está funcionando de forma adecuada y que existe un problema de motricidad que merece ser evaluado.
¿Cuándo es normal que un niño se caiga? . Mi hijo se cae mucho
Durante los primeros años de vida, las caídas son un evento común y esperado. Los bebés y niños pequeños están en pleno proceso de maduración motora, lo que implica aprender a sostenerse, gatear, dar sus primeros pasos y, más adelante, correr, saltar y subir escaleras.
Es normal que un niño:
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Tropiece ocasionalmente mientras corre o juega. 
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Se caiga al intentar nuevas actividades motrices, como saltar en un pie o aprender a andar en bicicleta. 
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Pierda el equilibrio en superficies irregulares. 
No obstante, no es normal que las caídas sean constantes, ocurran en contextos simples (como caminar en línea recta en terreno plano) o que el niño muestre torpeza motriz generalizada en comparación con otros de su edad.
Señales de alerta en la motricidad infantil. Mi hijo se cae mucho
Si como padre te preguntas: “¿Por qué mi hijo se cae tanto?” conviene observar algunas señales que pueden indicar un problema de coordinación o equilibrio.
1. Caídas frecuentes sin motivo aparente
Pérdidas de equilibrio constantes al caminar o correr en superficies seguras.
2. Dificultades con escaleras
Problemas para subir y bajar escaleras después de los 4 años.
3. Problemas en actividades motoras básicas
Torpeza al atrapar pelotas, pedalear o saltar con ambos pies.
4. Torpeza generalizada
El niño se tropieza con objetos, choca con muebles o parece más torpe que sus compañeros.
5. Postura y orientación espacial deficientes
Dificultades para mantenerse estable de pie o para orientarse en el espacio.
6. Retrasos en el desarrollo motor
Alcanzar hitos como caminar, correr o saltar mucho más tarde que lo esperado.
El papel del sistema vestibular en el equilibrio infantil. Mi hijo se cae mucho
El sistema vestibular, ubicado en el oído interno, regula el equilibrio y la percepción espacial. Trabaja junto a la visión y la propiocepción (sensación del cuerpo en el espacio) para coordinar los movimientos.
Cuando no funciona correctamente, el niño puede experimentar:
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Mareos o sensación de desorientación. 
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Pérdida del equilibrio incluso en superficies estables. 
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Problemas de concentración por dificultad en la integración sensorial. 
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Falta de coordinación en movimientos simples y complejos. 
¿Qué hacer si mi hijo se cae mucho?
Si notas que tu hijo se cae con frecuencia, puedes seguir estas recomendaciones:
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Observar las caídas → Anota cuándo y cómo ocurren. 
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Comparar con otros niños de su edad → Cada niño tiene su ritmo, pero la torpeza marcada es una señal. 
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Consultar con un especialista → Pediatras, neurólogos infantiles o terapeutas ocupacionales pueden evaluar la motricidad. 
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Estimular el equilibrio con juegos → Bicicleta, columpios, saltos o caminar en línea recta ayudan a fortalecer la estabilidad. 
Terapia vestibular: una solución para la coordinación infantil
La terapia vestibular es una intervención diseñada para estimular el sistema vestibular y mejorar la integración sensorial. Sus beneficios incluyen:
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Mayor estabilidad y confianza al caminar y correr. 
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Reducción en la frecuencia de caídas. 
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Mejora en la coordinación ojo-mano y en actividades deportivas. 
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Incremento de la concentración y la atención. 
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Desarrollo de autonomía y seguridad en la vida diaria. 
A través de ejercicios personalizados y actividades adaptadas a cada niño, la terapia vestibular ayuda a superar las dificultades de equilibrio y torpeza motriz.
Algunos tropiezos son parte del desarrollo infantil, pero cuando las caídas son constantes y se acompañan de señales de alerta motriz, conviene realizar una evaluación.
La terapia vestibular se presenta como una excelente opción para mejorar la estabilidad, fortalecer la coordinación y brindar confianza a los niños en su vida diaria. Con el apoyo adecuado, tu hijo podrá desarrollar plenamente sus habilidades motrices y disfrutar de un crecimiento más seguro y equilibrado.
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