Y finalizamos con el siguiente artículo la serie sobre las pequeñas batallas que conquistan hitos fundamentales en el desarrollo infantil.
Porque estamos convencidos de que el desarrollo del niño es un concepto holístico que abarca diversas áreas.
Áreas donde conviene poner foco desde la más temprana edad. Poco a poco, batalla a batalla.
Y una de esas importantes batallas es el de la interacción social.
¿Te gustaría saber cómo conquistar esa batalla? Sigue leyendo y te lo cuento en detalle para que puedas aplicarlo en tu bebé.
Confianza y autonomía
El desarrollo social del bebé no comienza cuando éste empieza a caminar, más bien comienza desde el mismo momento de la concepción, cuando se establece ya una comunicación bebé-mamá.
Y es que un bebé que recibe desde el principio suficiente estimulación y oportunidades para poder tener un desarrollo saludable tiene una alta probabilidad de estar preparado para su escolarización a la edad en la que ésta es obligatoria.
Por eso, sin duda el mejor regalo que se le puede hacer a un bebé es el de permitirle crecer y desarrollarse.
Algunas limitaciones
Si bien la posición erguida del bebé es un indicador claro de que ya forma de parte de la especie humana -Homo Sapiens-, existen algunos hábitos que pueden lastrar esta importante parte del desarrollo que es la socialización.
Algunos ejemplos:
- El uso del chupete de forma prolongada significa continuar poniendo el foco en el “yo” y no en el “nosotros”.
- Minimizar el tiempo en el que los pies del bebé van descalzos. Éstos son como elementos de soporte que necesitan poder doblarse, estirarse y arquearse sin que una suela se lo impida.
Señales de un deficiente desarrollo de la socialización
Detenerse y socializar son dos destrezas fundamentales en la etapa infantil. Y lo son para, entre otras cosas, hacer amigos, sentirse confiado, construir una autoestima positiva, desarrollar la memoria y aprender.
Sin embargo, hay señales que indican que un niño no ha terminado de construir correctamente esta importante etapa:
- Se muestra excesivamente emocionado
- Se muerde las uñas
- Moja la cama después de los cinco años
- Pobre control de impulsos
- Le cuesta hacer amigos
- Rabietas emocionales
- Falta de confianza
- Dificultad para compartir
- Pobre autorregulación
Final de la serie
Espero y deseo que estos cuatro artículos sobre estas pequeñas batallas que llevan a conseguir grandes conquistas durante las distintas etapas del desarrollo infantil os hayan ayudado.
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