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¿TU BEBÉ NO DUERME BIEN? Guía práctica para saber qué hacer

El sueño es evolutivo, por ello según la edad y la etapa en la que se encuentre nuestro bebé va a tener unas necesidades u otras.

Durante el sueño ocurren funciones metabólicas y fisiológicas imprescindibles para un buen desarrollo, por ello los problemas de sueño pueden desencadenar consecuencias negativas tanto en el aspecto puramente físico como en el emocional.

Algunas estas consecuencias son:

  • Dificultad para concentrarse
  • Problemas de memoria
  • Falta de tolerancia
  • Mal humor constante
  • Hiperactividad
  • Irritabilidad y agresividad
  • Falta de atención o dificultad en el aprendizaje

Y es que el sueño afecta a la salud y en particular al sistema inmunitario, por ello, los bebés con problemas de sueño son más propensos a trastornos de sobrepeso y tienen más tendencia a enfermedades comunes tales como el resfriado.

¿Te gustaría saber más sobre la importancia del sueño y los efectos que puede tener que tu bebé no duerma bien?

En este artículo vamos a ir analizándolo a través de las distintas etapas de su desarrollo.

¡Continúa leyendo!

De 0 a 2 meses

En esta etapa pueden dormir entre 16 y 18 horas por cada periodo de 24 horas, distribuidas aproximadamente por igual entre el día y la noche. Una de las primeras recomendaciones que te damos para esta etapa es que antes de las dos semanas de vida despiertes a tu bebé cada 3-4 horas para alimentarlos.

Puesto que su reloj biológico interno aun no se ha regulado, ni diferencian entre el día y la noche, tenemos que ser flexibles con ellos ya que aún no entienden de rutinas y horarios.

Coge a tu bebé en brazos y escucha sus necesidades, de este modo además trabajarás también el desarrollo del apego.

Otra de las recomendaciones que te hacemos es que te fijes en la posición de su cabeza. ¿Tiene un lado preferencial para dormir? ¿Puede girar su cabeza a los dos lados por igual?

Hasta que tu bebé no tenga el control de su cabeza – lo cual ocurre normalmente a partir de los 3 meses – ve vigilando sus movimientos y evita que mantenga ésta apoyada mucho tiempo sobre el mismo lado. De este modo favorecerás el crecimiento de su cráneo, evitando así tanto las asimetrías como la formación de zonas planas (la famosa plagiocefalia).

Recuerda: cuando esté despierto y vigilado, fomenta el tiempo boca abajo desde el principio. Cuando esté dormido, fomenta el tiempo boca arriba.

De 2 a 6 meses

Durante esta segunda etapa, el bebé va creciendo y madurando, al tiempo que también lo hace su sueño y la capacidad de regular sus horarios. Es ahora precisamente cuando comienza a distinguir entre la noche y el día.

Alrededor de los 4 meses puede que nuestro bebé experimente un periodo en el que tiene dificultad para dormir.

Lo notarás porque rechaza las siestas y suele tener más despertares. No te preocupes, es algo normal y transitorio que se llama “fase de regresión” y que está relacionado con hitos del desarrollo.

De 6 a 9 meses

A los 6 meses los bebés siguen necesitando un promedio de unas 14 horas de sueño por cada período de 24 horas, de las cuales entre dos y tres siestas se producen en las horas de luz.
Idealmente estas siestas deben tener una duración mínima de 45 minutos para que se correspondan con un ciclo completo de sueño.

La cantidad y la duración se van a ir reduciendo a medida que crecen.

Recomendamos en todo caso que las siestas se lleven a cabo a oscuras para favorecer así la liberación de melatonina.

Puedes empezar a hacer rutinas antes de dormir, como por ejemplo leer cuentos o realizar actividades relajantes. De este modo el bebé irá preparándose y entendiendo poco a poco que se acerca el momento de dormir.

A partir de los 8 meses la mayoría de los bebés duermen entre 12 y 14 horas por cada período de 24 horas.

Al mismo tiempo, el número de siestas se van a ir reduciendo paulatinamente hasta llegar a 2 de una duración aproximada de entre 2 y 3 horas.

Es en esta fase cuando se puede empezar a seguir una rutina y unos horarios fijos, si bien pueden producirse aún despertares nocturnos que pueden deberse bien porque el bebé tiene la necesidad de toma o bien por necesidad de apego.

También puedes encontrarte en esta etapa con cierta resistencia a la hora de ir a dormir; para solucionarlo te recomendamos que vayas adelantando la hora de dormir, alargando las siestas y creando rutinas que le den seguridad y le ayuden a que su descanso sea óptimo.

De 9 a 12 meses

En esta última fase, tu bebé seguirá necesitando unas 14 horas de sueño, de las cuales entre 11 y 12 horas tendrán naturaleza diurna y unas 2 o 3 horas nocturna.

En cuanto a las siestas, éstas se irán reduciendo poco a poco hasta llegar a una única cuando el bebé ya tenga entre 15 y 18 meses.

Por otro lado, en esta etapa podremos observar otra regresión, pero relacionada esta vez más bien con la separación. Y es que es una etapa de grandes cambios y su desarrollo cognitivo y físico sigue en auge.

Es posible que al observar que tu bebé presenta muchos despertares profundos pienses que lo mejor es que no duerma siestas o que una sobreestimulación puede ayudarle a que llegue más cansado a la noche.

Éste es, sin embargo, uno de los primeros errores más comunes en mamás primerizas. Es más, puede que de este modo tengan más problemas para conciliar el sueño ya que segregarán la hormona del estrés (cortisona). Por lo tanto, nuestro consejo aquí es que respetes sus momentos de siesta.

Es posible también que el bebé necesite la intervención del pecho, biberón, chupete o tus brazos en cada despertar ya que aún no ha conseguido regular sus ciclos de sueño. En este caso no dudes en acompañarlo hasta que consiga un sueño autónomo.

El llanto es algo que también debemos vigilar y no ignorar en nuestro bebé. Es normal que quiera tu apoyo y tu cariño para sentirse seguro.

Algunas recomendaciones extras

Desde el Equipo Phios os damos un par de consejos que sin duda ayudarán a que tu bebé optimice sus tiempos de sueño:

  • Elimina el tiempo que pasan delante de pantallas – televisión, tablet…- ya que pueden alterar el normal desarrollo del sueño del bebé.
  • Crea un ambiente óptimo para el sueño: pon atención al tipo e intensidad de la luz, minimiza los ruidos, utiliza sonidos relajantes, etc.

¿Tienes dudas al respecto? ¡Contacta con nosotros!

En Phios , Centro de Fisioterapia y Osteopatía en Sevilla , somos fisioterapeutas TMPI (Terapia Manual Pediátrica Integrativa), especialistas en DESARROLLO⁠ INFANTIL

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